Las cámaras (réflex y las que tienen los móviles) hacen cada vez fotos de mayor resolución. Esto genera imágenes más pesadas que tardan más en cargar en Internet si la conexión es mala. También ralentiza la carga del resto de contenido. Una de las maneras más sencillas de solucionar esto es comprimir las imágenes que subamos a la web y vayan a tener un tráfico bajo-moderado.

Squoosh es una aplicación web progresiva de código abierto que hace precisamente eso, y sin enviar nada a Internet, toda la compresión se realiza en el navegador sin instalar nada más. Para instalarla accedemos a ella (en el ordenador o el teléfono) y, en el menú del navegador, seleccionamos Instalar aplicación. Está desarrollada por Google y soporta los últimos formatos de imagen, como WebP. Aunque está en inglés, su interfaz es muy sencilla de utilizar.

Podemos arrastrar una imagen o seleccionar una pulsando sobre «select an image». Nos muestra unas imágenes de prueba que podemos utilizar para probar.

Una vez con una imagen en la aplicación, podemos seleccionar la compresión utilizada entre OptiPNG, MozJPEG y WebP. El formato que más es capaz de reducir el tamaño de las imágenes es WebP, quien quiere convertir en estándar para las imágenes en la páginas web. Una imagen de 2,8 MB es capaz de comprimirla sin que se note la pérdida un 75%, que son 705 kB, y hasta un 32% si nos ponemos estrictos.

Luego podemos descargarnos la imagen comprimida con el botón de descargar que aparece en la esquina inferior derecha.

Por supuesto, las imágenes del blog están comprimidas utilizando esta herramienta para que cargen más rápido y puedes comprobar que las imágenes se ven perfectamente. Si te gusta, no dudes en utilizarla.